Todos somos hijos
de un crimen siniestro
nuestros cantos
todos son lamentos
Cada sonrisa
es un desquite
Cuando silbamos
cualquier melodía
revivimos el dolor
de varios siglos
Cada brindis
es una venganza
Cuando bailamos
cualquier canción
matamos el ardor
de antiguas heridas
Cada beso
es una afrenta
Todo acto nuestro
sea malo sea bueno
nos reconcilia
con nuestros muertos